domingo, 1 de abril de 2012

Susurrarte bajito al oído un te quiero, suspirar y contar los minutos que quedan
para volar de nuevo. Escapar al mundo que hay debajo de las mantas. Imaginarnos
un lugar donde exista el significado de la palabra soñar. Fotografiar cada gesto, cada
hoyuelo que te aparece en tus mejillas cuando sonríes. Dormir como si fuéramos
osos pardos en plena hibernación. Rendirnos ante mi mayor enemigo, la locura. Y declararle
una guerra sin fin a tus besos. Rozar el infierno con los dedos y gritarle al cielo que otra vez tenemos el mundo a nuestros pies.

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Con un te extraño es suficiente.