lunes, 2 de julio de 2012

Que ni un segundo de mi vida se olvidó de tu maldita sonrisa.

Quererte demasiado, sentirte cerca y querer que dure ese momento para siempre, querer discutir contigo y gritarte hasta rabiar, para luego podernos reconciliar con un abrazo en el que te diré todo lo que te quiero, porque no hay nada más que verme para saber que te quiero, ver la forma en la que te miro, la forma en la que eres capaz de hacerme sonreír en lo peor, ese sexto sentido que tengo para saber cuando me necesitas.

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Con un te extraño es suficiente.