sábado, 16 de marzo de 2013

Abre los ojos, que al final de todo lo malo, siempre hay algo bueno.


Bastó un solo segundo para que todas las lágrimas se convirtieran en una sonrisa tonta. Bastaron sus palabras, un te quiero suyo, un cariño para devolverte la ilusión. Bastaron un par de promesas para volver a tener ganas, para tener un motivo. Bastó encontrarle para darte cuenta de que la suerte está donde menos la buscas.. Y te bastó sentir que lo perdías para saber que es lo que estabas buscando.

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Con un te extraño es suficiente.