sábado, 26 de mayo de 2012

Que el final de un camino, sólo es el principio de otro.

Te repetiré ciento ochenta y ocho billones ochocientos sesenta y seis mil seiscientos setenta y tres millones novecientos ochenta y cuatro mil novecientos cincuenta y dos veces que te quiero.

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Con un te extraño es suficiente.